Se ha dicho muchas veces, pero es así: accesibilidad es, sobre todo,
diversidad. Es tener presente que nuestro público es, o podría ser, muy amplio:
adultos, jóvenes, niños o personas mayores, escolares y familias, visitantes
locales y extranjeros, personas con discapacidades cognitivas, sensoriales o
motrices, o sin ellas, personas bajas, obesas, mujeres embarazadas, etc.
Personas con niveles culturales diversos y culturas muy distintas…
La etiqueta de «normal» es cada vez más
minoritaria. Todos tenemos alguna característica que nos diferencia, y la
existencia de esta diferencia es lo que engloba, actualmente, a casi todo el
mundo.
Trabajar para el «público en general» es pensar en toda una
serie de minorías que en su conjunto constituyen la «gran mayoría» que queremos que nos visite. Si nos olvidamos de alguna de ellas dejamos
fuera a una pequeña parte. Si nos olvidamos de varias excluimos a bastante más
gente. Es el público en potencia que no acude al museo, pero que podría
hacerlo.
Si deseamos un museo accesible es necesario pensar en todos y todas. Sin
quererlo abarcar todo de una vez, poquito a poco, paso a paso porque la
diversidad es muy amplia y los recursos limitados.
No se trata de presentar propuestas extraordinarias solo para personas ciegas
o mayores o para familias con niños autistas… Se trata, simplemente, de pensar
en ellos y de tenerlos en consideración: una buena atención en la recepción da
la bienvenida a una persona ciega; un banco hace agradable y posible la visita
de la gente mayor; un QR en lengua de signos permite que la persona sorda se
sienta incluida; un texto comprensible puede emocionarnos.
Se trata de que, durante la visita, seas quien seas, sientas que lo que se
ofrece puede ser para ti. No todo, evidentemente, porque nadie puede asumir
todos los contenidos ni le son necesarios todos los servicios. Se trata, pues,
de que seas quien seas, encuentres dónde detenerte a contemplar, leer,
participar, escuchar, comer o beber porque eso te llama la atención, te
interesa, te reclama y se te ofrece.
Hoy por hoy, pensar en el futuro del museo no puede ser otra cosa que
pensar también en ti.
Montse Quer
Responsable de accesibilidad
Fundació Joan Miró
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