EL CCCB PROGRAMA ALZHEIMER VISITA PANAMÁ


El CCCB Programa Alzheimer fue invitado el pasado mes de septiembre del 2019 a explicar el proyecto en la ciudad de Panamá. La Dra. Arletty Pinel, psiquiatra con un largo recorrido, ya que fue directora del Programa Nacional del SIDA de las Naciones Unidas, nos contactó hace dos años para hablar de temas sobre envejecimiento. Fruto de estas conversaciones, surgió la oportunidad de participar en tres actividades que organizaba en su país:

- Una conferencia sobre “Cultura y Accesibilidad en la Tercera Edad” y específicamente con persones con la enfermedad de Alzheimer, en el Museo del Canal de Panamá.
- El primer Simposio Internacional, “Cultura e Innovación Social: Una Nueva mirada hacia el Envejecimiento Inclusivo”, en el Auditorio del Tribunal Electoral.
- Una visita guiada para personas con la enfermedad de Alzheimer en las salas del Museo del Canal de Panamá.

El Ministerio de Salud, el de Desarrollo Social y el nuevo Ministerio de Cultura se sumaron a la iniciativa. Este último se estrenó precisamente con la nueva legislatura, por lo que fue recibido con gran ilusión por el colectivo museístico.


La primera conferencia en el Museo contó con la participación de la directora y su equipo (buenos profesionales que fueron nuestros cómplices en todo momento), psicólogos, asistentes sociales, y el Viceministro de Cultura que tiene una minusvalía auditiva y que al acabar la conferencia  nos planteó cómo se podía ayudar a las personas con sordera y Alzheimer y a sus familias  cuando se perdía la comunicación al dejar de utilizar la lengua de signos. En aquel momento no teníamos respuesta, pero nos comprometimos a buscar la información a nuestra llegada a Barcelona, de manera que una vez aquí, consultamos a la Fundación Pasqual Maragall.

En el I Simposio Internacional, participaron el Viceministro de Cultura, la Viceministra de Desarrollo Social y la Universidad Tecnológica los cuales están desarrollando nuevas herramientas para la gente mayor. Se trató la situación de los centros de dia y geriátricos, las nuevas políticas que se quieren implementar, así como su situación dentro de las comunidades indígenas.

Para preparar la visita al museo, la tercera de les actividades en las que participábamos, fuimos a conocer a los usuarios del centro geriátrico de la Fundación Nueva Vida, creada por la Hermana G. Brake, y estudiamos el Museo para ver qué podíamos explicar y cómo hacerlo.

El Museo Interoceánico del Canal está en un edificio en el núcleo antiguo, actualmente un barrio restaurado y turístico. Fue construido el 1874 como el Grand Hôtel, después fue adquirido por el Conde Ferdinand de Lesseps para instalar las oficinas de la Compañía Universal del Canal Interoceánico, y más tarde fue vendido a los Estados Unidos junto con la concesión para la construcción del Canal de Panamá. Fue la sede de "Correos y Telégrafos" hasta que en el año 1996 el Patronato del Museo del Canal lo rehabilitó y se inauguró en 1997.

El museo cuenta con diez salas de exposiciones permanentes, divididas en dos plantas, donde se exponen cronológicamente los testimonios de la historia de la ruta interoceánica a través del Ismo y la posterior construcción del Canal de Panamá. Se presenta también la evolución de las actividades canaleras y el paso a manos panameñas, en virtud del cumplimento del Tratado Torrijos-Carter.

Estas diez salas están repartidas en dos plantas. En la primera se explica la construcción del canal, primero por la parte francesa que fracaso, y después por la parte de estadounidense. En la segunda se explica la vida cotidiana de los americanos durante la construcción del Canal desde 1904 hasta 1914.

Nos decidimos por esta segunda planta, la de la vida cotidiana, y fijamos el siguiente recorrido y puntos de interés:

Los recibimos en el exterior donde aparcaron el autobús, fuimos hasta el vestíbulo y nos sentamos para comentar la época en la que el edificio había sido correos, la mayoría se acordaban perfectamente de cuando iban a recoger sus cartas.
Después subimos con el ascensor hasta la segunda planta. Al salir encontrábamos una pequeña exposición de juguetes: un caballo de cartón, una bicicleta, muñecas, una pelota... y una colección de instrumentos musicales para adultos.

Después pasábamos a comentar una mesa con un servicio de té con fotografías de familias de directivos  de la compañía del canal y seguidamente una sala con una colección de souvenirs de  1915, la  inauguración del Puente de las Américas, el tratado entre el presidente norteamericano Carter y el presidente panameño Torrijos para devolver el canal a Panamá, una parada delante  de una vitrina con el vestido popular de las mujeres panameñas “la pollera”, y terminamos en el espacio en el cual el museo rinde homenaje a las mujeres y hombres de todo el mundo que vinieron a trabajar en la construcción del canal.

La visita, seguida por 30 observadores, fue un éxito, muy emotiva ya que la reacción de los usuarios fue especialmente interactiva, comentando, explicado anécdotas personales, cantando y bailando.

Al final nos reencontramos para tomar un refrigerio y seguir cantando en el en el vestíbulo del museo.
Era la primera visita de estas características en Panamá. Después de despedirnos de los abuelos de Nueva Vida, nos reunimos en el auditorio los observadores: psiquiatras, psicólogos, asistentes sociales y museólogos para comentar como se había desarrollado la actividad, contestar a preguntas y resolver dudas.

La implementación del programa no tenía por qué ser difícil, pero al estar en un país nuevo y no controlar algunos de los inputs, teníamos alguna prevención sobre el éxito, de la misma que desapareció con esta primera experiencia y podemos afirmar que es una propuesta transversal culturalmente.


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