Desde
el año 2013, el Museu de la Música cuenta con un conjunto instrumental muy
especial: una orquesta entera del tipo Gamelan gong kebyar proveniente de la isla de Bali, Indonesia.
Consta de 17 metalófonos de bronce, un par de instrumentos de gongs
horizontales, diversos gongs suspendidos de grandes dimensiones, tambores,
flautas y un instrumento de Cuerda.
Durante
estos cinco años han pasado por la sala del Gamelan grupos de colectivos con
necesidades específicas, como pueden ser: diversidad funcional psíquica o
física, salud mental, tercera edad, grupos en riesgo de exclusión social,
adolescentes inmigrantes, grupos en rehabilitación de adicciones y reclusos en
centros penitenciarios. Según la tipología de grupos, hemos podido apreciar las
contribuciones del taller de Gamelan en cada uno de ellos.
El
taller ofrece a estos grupos una hora de contacto directo con unos instrumentos
de producción sonora de alta calidad, inversamente proporcional a la facilidad
de su uso. Solo utilizan instrumentos de percusión puesto que son los más
fáciles de tocar. Gracias a la calidad de sus materiales y manufactura, estos
instrumentos producen sonidos cristalinos, nítidos y ofrecen una gran
recompensa sensorial al intérprete.
El
taller cuenta con unos contenidos que se van adaptando específicamente en
función de las posibilidades de los participantes, que previamente nos han
comunicado los acompañantes o tutores, así como la evolución de cada grupo una
vez iniciada la actividad. El taller propone, en forma de juegos, un
descubrimiento sonoro de los instrumentos y una apreciación de la cultura que
los ha originado. Sin embargo, los contenidos pueden quedar relegados en un
segundo término puesto que el objetivo principal es trabajar las relaciones
entre los miembros del grupo.
La
característica más importante de la música de Gamelan en cuanto a práctica
interpretativa es que se trata de una música absolutamente colaborativa. Se
concibe como un único y gran instrumento
aunque
nuestra visión occidental perciba un conjunto orquestal en el que todos los
instrumentos a nuestro alcance solo son pequeñas partes que funcionan como una
unidad inseparable. Se trata pues de un auténtico instrumento colaborativo,
puesto que para tocarlo se necesita la colaboración de varios individuos. La
práctica del Gamelan ejemplifica perfectamente que el resultado total es
superior a la suma de las partes. Cualquiera puede encontrar su lugar dentro
del grupo gracias a los diferentes niveles de dificultad que presentan los
diversos instrumentos del conjunto. Todos parten del mismo punto, con sorpresa
y curiosidad, independientemente del nivel musical de cada uno o incluso en
ausencia de este.
Este
aspecto tan social e inclusivo del Gamelan es probablemente la clave de su
éxito en Indonesia. Es extraordinariamente potente y atractivo para cualquier
institución o colectivo que quiera fomentar un sentido de comunidad y una
interacción positiva entre sus miembros, a los que les permite encontrar su
lugar dentro del grupo gracias a los diferentes niveles de dificultad que
presentan los diversos instrumentos.
La
relación entre la práctica del Gamelan i la prevención del Alzheimer ha sido
investigada por algunos científicos. El estudio de Setiadi, Pangkahila i
Purwata en Indonesia, demuestra que el aumento de la capacidad de concentración
y el desarrollo de nuevas habilidades de coordinación, intrínsecas a la
práctica instrumental en un conjunto de Gamelan, comporta beneficios y
refuerzos cognitivos que ayudan a frenar el avance de la enfermedad.
El
trabajo directo con un Gamelan fomenta la concentración, la capacidad de
escucha y comunicación, el respeto al prójimo, la capacidad de resolución de
problemas, el trabajo en equipo y la inteligencia emocional. Realmente podemos
decir, tal y como es considerada en Bali, que es un auténtico regalo de los
dioses.
Jordi Casadevall
Diseñador i monitor de los talleres
de gamelan del Museo de la Música de Barcelona
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